La última hora
En la última hora los ángulos engordan. Ya no muerden, no raspan. El dolor se inflama. El amor se enjuaga de axiomas y se estructura en el perfil de la pirámide invertida. La vida practica el salto triple y ensaya una guiñolesca sonrisa, es previsible, tierna y sencilla como un arpegio en la misma nota. La última hora es un buen lugar, tanto que prefiero no estar allí, y sí en la burbuja de tu... no sé... pero esa es.
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